viernes, 22 de julio de 2016

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

No, no y rotundamente no. No me da la gana de quedarme encerrada en casa. Es verano, el tiempo acompaña y me niego a desperdiciar las muchas horas de sol enclaustrada en un cuarto que encima tengo que mantener casi a oscuras si quiero sobrevivir a las altas temperaturas que sufrimos los que no tenemos más remedio que quedarnos en Madrid durante estas fechas.

Cierto es que salir a la calle a determinadas horas del día puede parecer más un acto suicida que algo que alguien en su sano juicio haría, pero como ya ha quedado demostrado en más de una ocasión, de juicio la que suscribe va muy justa y si encima éste es sano peor, así que yo soy de esas locas personas a las que podéis encontraros cualquier lunes por la tarde paseando por la zona del Retiro cuando el reloj marca las cinco. Y nada de paseítos a velocidad de caracol (¡hombre-por-dios-faltaría-más-que-para-algo-soy-joven-todavía!). Yo soy más de las de zancada larga a velocidad de crucero. Por supuesto que agradezco una buena sombra, pero si Lorenzo decide que me quiere toda para él, quién soy yo para rechazar un bronceado callejero improvisado.

No paro. En los últimos siete días he ido dos veces al cine, salido a cenar en tres ocasiones, pisado el gimnasio uno de los días, salido a correr otro, me he metido dos paseos de casi cinco kilómetros cada uno bajo un sol abrasador, trabajado dos tardes y todavía me quedan ganas para salir a comer fuera hoy.

Quién me ha visto y quién me ve: hace unos meses sacarme de casa era tarea arduo complicada y a día de hoy es como si el sofá me incendiase el culo cada vez me siento. Y eso que es cómodo el puñetero, pero últimamente ni con esas lo encuentro tentador.

Porque… digo yo: si no disfruto yo de mi vida, ¿quién lo va a hacer por mí? A falta de vacaciones, buenos son los planes con amigos, esos que surgen de la forma más inesperada y que se terminan convirtiendo en vivencias únicas que recuerdas para siempre.

Hoy he decidido ser breve. Necesito el tiempo para disfrutar de esta estación que tanto me carga las pilas. Para mañana ya tengo la agenda llena y espero no tardar mucho en seguir cerrando bolos y compararme de este modo con los cantantes superventas cuando salen de gira. Ya habrá tiempo cuando se eche encima el otoño de cambiar las terrazas por el sofá, las vistas a los tejados de Madrid por una buena película y los gin tonics por unas palomitas. No es que ese plan no me resulte igualmente tentador, pero el verano es ideal para socializar y dejarse ver así que para predicar con el ejemplo y no salirme de la ruta marcada me despido ya, no sin antes animaros a que hagáis lo mismo.


Hay que aprovechar ahora que el tiempo acompaña. Ya llegará el momento en el que enfundados en un buen abrigo lo de salir a la calle se convierta más en un suplicio que en una diversión.
Luego no digáis que no os lo advertí.



Justin Timberlake. Can’t stop the feeling. https://youtu.be/ru0K8uYEZWw