miércoles, 24 de diciembre de 2014

Un viaje en coche, una canción y un videoclip.

Como cada año por estas fechas la hija pródiga vuelve a casa por Navidad. Y lo hace montada en su corcel azul motorizado y después de haber recorrido los más de 600 kilómetros que separan Madrid de Pontevedra, trayecto durante el cual la susodicha hija pródiga se dedica a destrozar sin ningún tipo de piedad todas y cada una de las canciones que separadas por breves pausas van sonando ininterrumpidamente a través de los altavoces...

"... Y que duro es ver que todo lo que quieres se te escapa entre las manos,
entender que tú ya no, y que yo sí, me quedo aquí sentado,
viendo cómo un para siempre se convierte en un amor equivocado.
A partir de ahora no, no quiero a nadie, a nadie aquí a mi lado..."

A medida que transcurren las estrofas menos queda para que llegue a mi destino. Cuando ante mí aparece el cartel que me informa de que estoy entrando en el país de las meigas siento cierto hormigueo en el estómago y un extraño cosquilleo en la nariz. 

"... Ya está, se va encendiendo sólo,
es como un huracán dentro de ti que va incendiando todo.
Ay... Ya está, te llega en un segundo
se queda en ti, en mí... Aquí y ahora, y que se acabe el mundo."

La música sigue sonando, no me abandona y ya estoy en Pontevedra, la provincia, y apenas son ya 75 los kilómetros que me separan de mi casa. y otra vez esas cosquillas extrañas consiguen que se me humedezcan los ojos. Seguro que debido a cualquier mota de polvo que revoltosa ha terminado por meterse en ellos. No se me ocurre otra explicación plausible... O puede que sí: ¿Morriña, tal vez? A que va a ser eso...


"... Y si dices que no entiendes te dirá que lo has sentido,

que no puedes detener aquello que ya está contigo.
Y no importa lo que creas esto es tú, mi, me, conmigo.
Y perdona si te llamo amor, pero yo no lo decido."

Cuando ya a apenas me quedan quince minutos para llegar, por exigencias del trazado atravesieso el puente de Rande, esa magnífica obra de ingeniería que une Vigo con la península del Morrazo. Y a pesar de que es ya noche cerrada y que apenas sí veo más allá de cinco metros creo distinguir en la distancia la silueta característica de las islas Cíes en la entrada de la Ría de Vigo. Y me imagino a Araceli ya en casa, teniendo en cuenta que un mensaje recibido hace apenas hora y media me confirmaba que me llevaba la delantera en este viaje. Mi corcel azul, con sus ya 15 años a sus espaldas, no se ve capaz de competir con un joven potro blanco que apenas sí ha cumplido el año.  Juventud, divino tesoro.

"... Tú dirás lo que tú quieras pero ya me necesitas, tenlo claro.
Aunque tú me digas no yo seré sí, mis besos serán disparos.
Pararé cuando me creas, tú no sabes cómo y cuánto te he esperado.
A partir de ahora yo haré que tú me quieras aquí a tu lado."

Por fin. El cartel me informa de que a 500 metros tengo que tomar la salida que me hará entrar en Pontevedra por su lado sur. Y recuerdo entonces cómo Jose Álvarez, un compi de mi época de la universidad y vigués para más señas (entre Pontevedra y Vigo siempre ha existido cierta rivalidad) se dedicaba a picarme diciéndome que cada vez que iba dormido en tren desde Santiago a Vigo sabía cuándo pasaba por Pontevedra por el fétido olor que provenía de la fábrica de celulosa que una mente pensante decidió instalar en plena ría allá por la época del caudillo. Y a mí en esos momentos se me agudiza el olfato hasta lo indecible, pero yo en vez de malos olores percibo en la distancia el olor a esa empanada que mi madre acaba de sacar del horno, comienzo a salivar mientras visualizo nítidamente a través del olfato ese cocido gallego que noto cómo impregna en estos momentos todo el compartimento del coche, distingo ese aroma a rosca casera que nada tiene que envidiar a la de la mejor pastelería de la ciudad... Y es en este preciso momento cuando Pontevedra me huele a gloria.

"... Ya está, se va encendiendo sólo,
es como un huracán dentro de ti que va incendiando todo.
Ay... Ya está, te llega en un segundo
se queda en ti, en mí... Aquí y ahora, y que se acabe el mundo."

Ya estoy en casa. De vuelta por Navidad. Como si fuese la protagonista del anuncio de turrón. Puede que no sea de turrón el anuncio pero... Puede que no haya sido exactamente la protagonista pero... Puede que no se trate de un anuncio precisamente pero...

Hace unas semanas me fijé por casualidad en un concurso. El titular preguntaba si me gustaría participar en el próximo videoclip del grupo Maldita Nerea. Me da igual cómo suene: Maldita Nerea es uno de mis grupos favoritos así que el concurso llamó poderosamente mi atención. Pedían una foto y una breve explicación en la que dejases patente tus razones para participar. Así qué envié una foto y redacté un par de frases. Y me olvidé completamente del asunto. Total, a mí nunca me toca nada. 

Tres días más tarde sonó mi teléfono. Estuve a punto de no contestar porque no conocía el número y estoy ya un poco harta de que me bombardeen con ofertas que no me interesan. Pero algo me hizo coger la llamada. Y una persona de Sony Music que se encontraba al otro lado de la línea me confirmaba que había sido una de las quince seleccionadas. 

Sí. Efectivamente. Cualquier exagerada reacción que imaginéis es más que probable que se acerque a lo que hice nada más colgar. 

Me lo pasé genial durante el rodaje que tuvo lugar a los pocos días, y conocer a Jorge, el cantante y cabeza visible del grupo, fue algo maravilloso. Me encantó su sencillez y su cabeza bien amueblada, su proximidad y su amabilidad constante, su educación y su humanidad. 


Al final mi aparición en el vídeo se resume en unos breves segundos que se reparten en lo que dura la canción y en la imagen fija que aparece cuando buscáis dicho tema en YouTube. 
Yo soy la que pega la palabra "si" del título en la pared del montacargas rojo y, casualidades de la vida, soy la que va de rojo. Como pista por si queréis encontrarme, las veces que aparezco (a excepción de cuando pego la palabra del título) lo hago en la parte derecha de la pantalla. Recordad: La chica de rojo. 

Maldita Nerea. Perdona si te llamo amor. http://youtu.be/Ubum2nQMmnM







No hay comentarios:

Publicar un comentario