Has estado a mi lado desde
siempre. Eres una de las pocas personas que sé con toda seguridad que jamás me
decepcionará ni me dejará caer. Sé con toda certeza que podré contar contigo da
igual la hora del día o de la noche. Importará poco que sea lunes, martes,
miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo porque para ti el día de la semana
que será importante será aquel en el que te necesite. Te dará igual tener que salir
un día frío de invierno, atravesar campos en flor en primavera, pasar calor extremo
en verano o buscarme cuando caen las hojas en otoño porque lo único que te
moverá a hacerlo será el hecho de confirmar que yo, tu niña a pesar de mi edad
adulta, está bien.
Eres un superhéroe hecho
persona. Tienes tantos poderes mágicos que me resulta imposible dudar ni por un
segundo que no tengas solución para cualquier problema que se presente.
Te recuerdo de siempre con esa
paciencia infinita que siempre te ha caracterizado, sentado en la silla del
escritorio rodeado de mis libros y apuntes, siempre dispuesto a tomarme la
lección y a seguir aprendiendo conmigo.
Jamás has dado una palabra más
alta que otra y aun así te he respetado como si hubieses actuado con mano de
hierro. Porque contigo se cumple perfectamente la teoría que defiende que no
por gritar más se consiguen antes las cosas.
Si hay algo en este mundo que
me duela hasta lo indecible es hacerte sufrir. Y con mi carácter difícil sé que
en ocasiones no tan lejanas ese ha sido el caso. Ni te imaginas cuánto me
arrepiento de no haber sabido callarme a tiempo. Ya me conoces: me mata la boca
y por desgracia y por más que llegase a haberlo deseado con todas mis fuerzas resulta imposible tragarse de nuevo ciertas palabras que jamás debieron ser dichas en
alto.
Eres generoso hasta el
extremo. Te sacrificas por todos aquellos a los que quieres, entre los que
afortunadamente me encuentro. Y lo que es más importante: nunca esperas recibir
nada a cambio de tanta dedicación, lo que hace que mi admiración por ti no haga
otra cosa más que crecer a medida que pasan los días.
Jamás has querido demostrar ni
un ápice de debilidad ni aun cuando no te encontrabas en tu mejor momento y eso
me ha hecho pensar que podías ser inmortal. Ahora, con el paso de los años, no
me ha quedado más remedio que reconocer que hasta tú eres humano y que el
tiempo pasa para todos, incluso para ti, mi superhéroe particular.
Cuesta reconocer que ni
siquiera tú eres invencible, que también tú tienes días mejores y días peores. Y
sin embargo, si hay algo que sigue sorprendiéndome como si fuese la primera vez
es tu facilidad para hacernos creer a todos los que estamos a tu alrededor que
a pesar de los contratiempos que van surgiendo lo único realmente importante es contar
con la motivación necesaria para seguir adelante, ser valiente y hacerle frente
a las innumerables pruebas con las que nos sorprende la vida.
Eres mi roca, mi modelo a seguir, mi apoyo más grande, el guardián de
mis sueños, mi mundo entero. Eres todas y cada una de esas cosas que al final
se resumen en una palabra, la más importante de todas. Eres cuatro letras que
llevan implícito el infinito. Lo mío por ti es adoración plena y a pesar de que
sé que no es necesario jamás me cansaré de repetírtelo, ya sea con palabras,
gestos o hechos.
Te quiero, papá.
Antonio Orozco. Mi héroe. https://youtu.be/chm79IPVekU
No hay comentarios:
Publicar un comentario