jueves, 6 de marzo de 2014

Paréntesis.

Hoy me vais a permitir que convierta mi blog en un simple gesto de perdón.

Sé que esta entrada será pequeña, minúscula. No creo ni que ocupe más de un par de líneas, pero me veo en la obligación de confesaros algo: hoy he hecho daño de manera gratuita a una persona. He hecho daño a alguien sin querer, pensando de manera irracional en que lo que estaba haciendo era lo mejor para protegerme a mí misma. En un primer momento hasta me pareció lo propio: no me siento fuerte y por ese motivo mi cabeza confabula y se cree que el mundo está en mi contra. Y yo no hago nada por detenerla porque no me veo con ganas. Pero en el fondo sé que esto no me justifica. Y sin ser consciente de lo que hacía sé que han llorado por mis palabras…

No sé si me leerás. Hasta ahora siempre lo has hecho. A partir de este punto ya no tengo ni idea. Por si existiese esa pequeña posibilidad te lo repito: lo siento mucho. No sabes cuánto.

Ya no necesito añadir ni una coma. Sé que mis palabras no tendrán sentido para nadie más, sólo para la persona a la que van dedicadas.

Vales mucho y te mereces lo mejor. Cuídate. Yo prometo ponerme fuerte para poder ser tu amiga, de esas de las de verdad. Sin dobleces.


Tracy Chapman: Baby can I hold you? http://youtu.be/kjRo_CHSdt0



1 comentario:

  1. Ánimo guapa, seguro que esa persona sea quien sea no te guardará ningun rencor. Si te conoce minimamente sabrá que no hay maldad ni en tus palabras ni en tus actos. Un abrazo bien fuerte y coge fuerzas, el sol va siendo cada vez más intenso y las nubes se disipan poco a poco.
    Besitos.
    Firmado, un amigo.

    ResponderEliminar