Por fin ha llegado el día,
después de un largo y no siempre fácil camino estáis aquí, los dos, guapos y
felices, dispuestos a comenzar una vida en común que sé que os llenará de
alegría y felicidad. Porque os lo merecéis, por cómo sois y por todo lo que habéis
tenido que luchar para que hoy todo esto tenga lugar.
Y lo hacéis en presencia de
la gente que os ha demostrado sincero cariño y amor, y acompañados del sonido
calmo de las olas de este mar, cómplice silencioso de vuestros pensamientos y
de vuestros anhelos.
Vuestra historia es
extraordinaria. A veces el destino se empeña en unir a personas separadas por
una distancia aparentemente insalvable. Sólo los más fuertes sobreviven, y
vosotros lo habéis hecho. Habéis luchado contra viento y marea y ahora por fin
tenéis vuestra recompensa. Jamás he conocido a dos personas que se quisiesen
tanto, que incluso en los episodios más oscuros tuviesen la fuerza de abrirse
camino y remontar con la única determinación de estar juntos. Pasión lo
llamaría yo, amor verdadero, fuego…
Os veo ahí, sonrientes,
emocionados tal vez, y yo sonrío con vosotros y por vosotros. Y esa felicidad,
gracias al viento, se despliega por este lugar sin que apenas nos demos cuenta.
Os adoro y lo sabéis. Habéis
sido para mí (e imagino que para muchos de los que estamos aquí hoy) un pilar
importante en mi vida desde el primer día que entrasteis en ella y sé que ese
pilar se hará cada vez más fuerte, a medida que pase el tiempo. Porque lo que
nace del corazón nunca se rompe, al contrario, a pesar de lo malo se vuelve más
fuerte. Igual que lo que sentís el uno por el otro. Os conozco y sé que vuestra
historia, ese amor que se ha ido aferrando a vuestros corazones, cada día se
hará más grande. Y ya puede el mar ponerse bravo, temblar la tierra, arder el
fuego con llamas indescriptibles o soplar el viento llevándose todo lo que se
le ponga por delante, que vosotros seguiréis unidos el uno al otro, agarrados a
todo ese amor que sé que os tenéis, porque lo vuestro es de verdad.
Os deseo todo lo mejor de
este mundo. Las personas buenas se lo
merecen.
Me gustaría terminar con
estas palabras de Mario Benedetti, que a mí me recuerdan mucho a vuestra
historia:
“No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños.”
Nunca dejéis de soñar. Os quiero.
La entrada de hoy es muy
especial para mí. Tal día como hoy, hace exactamente un año, dos personas
maravillosas decidieron dar el paso y rodeados de un calmo mar azul y un
paisaje que de tan bucólico apenas te permitía respirar, se envolvieron en un
halo de romanticismo que nos acogió a todos los que tuvimos el honor de
compartir con ellos ese momento, y cogidos de la mano prometieron estar juntos hasta el final de
los tiempos.
Y allí estaba yo, testigo
en primera fila de esa unión tan deseada y tan merecida, llorando desde que el
primer acorde de la melodía conseguía con su dulce son que estas dos personas
caminasen a su encuentro para finalmente llegar juntos hasta el baldaquino bajo
el cual todo tendría lugar.
Como tributo a esta
historia que me tuvo en vilo desde el minuto uno, con la que he disfrutado y
sufrido a lo largo de los años, esta entrada va dedicada a ellos. Y por ese
motivo he desempolvado el texto que tuve el orgullo de leer en su honor durante
la ceremonia, que como habréis deducido ya, porque sé de buena tinta que tenéis
una capacidad de intuición muy grande, es el que abre este nuevo post. Jamás
podré agradecerles lo suficiente que me hubiesen hecho partícipes de esta
manera tan especial de ese momento tan importante para ellos.
Y desempolvar todo esto ha
hecho que vuelvan a mi mente un millón de recuerdos que me han hecho retroceder
al pasado por un momento. Y, una vez rememorados todos ellos, tanto los buenos
como los no tan buenos, en este escrito está la prueba más real de que al final
si lo que existe es verdadero dan igual las barreras que se interpongan en el
camino, no importan las zancadillas que otros quieran ponernos para que
tropecemos y caigamos, hundiéndonos en lo más profundo... al final todo lo que
tiene que llegar termina haciéndolo, y eso es en el fondo, lo único que cuenta.
Aquel
día vivido, retratado en mil imágenes, resume la felicidad más grande que jamás
se pueda describir. Siempre lo recordaré con ese cariño que las buenas
ocasiones se merecen. Hoy, Montse y Fran, estas líneas van dedicadas a
vosotros. Porque sí. Porque habéis hecho lo imposible por alcanzar vuestro
sueño. Porque sois un ejemplo de valentía y superación del que todos deberíamos
aprender. Porque a pesar de haber caído muchas veces, habéis sabido levantaros
con orgullo y valentía.
Y,
sobre todo, porque os quiero. Mucho. Pero jamás demasiado.
Kenny G. The
Wedding Song. http://youtu.be/lml43w4GlR4
Hola...
ResponderEliminarEnhorabuena
Confieso que he encontrado este blog de la forma más absurda y curiosa... pero me ha encantado lo que he leído. Quizá porque me encuentre en horas bajas después de varios disgustos seguidos... pero aunque así no fuera, te aseguro que la sensación habría sido la misma.
Te he encontrado de una manera rara... he dado al apalabrados a jugar con un jugador aleatorio y me has salido tú... he dado a aceptar, y un rato después he visto que tenías perfil en Facebook... y mirando me he encontrado este regalo...
Jo... Hay mucha sensibilidad aquí...
Hay amargura, temor, optimismo, valentía, reserva, fuerza, tesón, amor... hay mucho... y por eso te doy la enhorabuena. Por canalizarlo, escribirlo y darlo a conocer.
No sé quien eres, pero te mando un beso grande porque eres valiente. Has fotografiado tu vida en unas cuantas líneas en cada una de las entradas... y veo que necesitas salidas... necesitas espacio para ser. Necesitas darte... y sobre todo, necesitas recibir. Recibir todo lo que das... que lo que o te pueda dar, te sirva... es poco, solo mi aliento y la fuerza que te envío...... ojalá este camino que has iniciado sea para bien. eso seguro.
Fuerza y ánimo.
Buf... me acabo de quedar sin palabras.
ResponderEliminarHasta ahora pensaba que este experimento que inicié hace ya más de medio año sólo lo vería mi gente, como yo la llamo, ¡así que imagínate la sorpresa! ... Muy grata, por cierto, sobre todo porque lo que me has escrito me ha parecido una pasada.
Muchas gracias por todas esas palabras bonitas que dedicas a lo que escribo. Es cierto que dejo en ello mi alma, que cuando comencé lo hice porque me estaba ahogando y no encontraba la salida, y con el tiempo se convirtió en una necesidad. Hasta que me puse a ello no fui consciente de lo mucho que me relaja plasmar con palabras mis inquietudes y deseos, mis logros y mis desilusiones.
Y que haya gente anónima como tú que valore de esa manera cada pedacito de mí que reflejo en cada entrada me enorgullece.
Que sepas que, sin saberlo, me estás ayudando a que me sienta más segura de lo que hago y con ganas de continuar. Hasta donde esto me lleve...
Gracias de nuevo.
Un saludo muy cariñoso.
cuanto me alegro de que mis palabras te sirvan y te gusten,,, déjame que un día te escriba algo bonito de verdad...
ResponderEliminarbeso guapa